LETANÍAS PARA UN ADIOS.
No volverán de nuevo las bellas mariposas
a posarse en las rosas de tu melancolía,
ni cantarán de nuevo las aves primorosas
en tu jardín de ensueño sus tiernas melodías.
Cerraste para siempre tu ventanal risueño
dejando en mis adentros los ecos de tu risa,
hoy vives en mis sombras, perdida en el recuerdo
de un verso clamoroso que se llevó la brisa.
Te fuiste de mi vida como una luz lejana,
como una estrella blanca que se apago a lo lejos,
como un otoño triste que se murió de nieve
en los lánguidos brazos del implacable invierno,
Te fuiste de mi vida y sin embargo amada,
en mis cansadas noches cuando llega el silencio
persistes como el eco de la radiante historia
que una vez en la vida me dio sus embelesos.
Te ame con la indecible ternura del roció
que llora en mis ventanas sabiendo que te has ido,
y es tan honda la ausencia que siento al recordarte
por estas soledades donde llovió el olvido.
Estas en las mañanas de mis playas en calma,
y en mi botín de rimas, de olas y de algas,
y en mis mares azules navega la armonía
que dejaron tus ojos en las anclas del alma.
Y son estos poemas cual errantes viajeros
bajo un cielo poblado de idílicos luceros,
son dulces letanías que guarda un libro abierto
de versos que te añoran con hondo sentimiento.
José Ventura Pabón Márquez.
'Derechos reservados'
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